Son casi un millón los turistas que año a año llegan a Bariloche con la intención de disfrutar
de un reparador descanso en un entorno natural envidiable. Toda la ciudad está
pensada para satisfacer la demanda de los visitantes, desde la infraestructura
de alojamiento, pasando por la oferta comercial y gastronómica, además de todo
el cronograma de tours y excursiones pensados para recorrer sus principales
atractivos.
Los lugares de interés en toda la ciudad y la región vecina
hacen que el cronograma de actividades sea completo y a elección de los
visitantes para cada uno de los días que hayan destinado a su estadía. El punto
más destacado del centro de la ciudad lo constituye su Centro Civico, en el que
los turistas pueden apreciar el pintoresquismo de las construcciones en las que
funcionan los organismos de gobierno locales, enmarcados por la belleza del
Lago Nahuel Huapi.
Para quienes gustan de comprar artesanías y productos
regionales, entre los que se destacan los chocolates, los dulces y mermeladas,
así como también los tejidos, una buena opción es realizar un paseo de compras
por los locales comerciales del centro de la ciudad. La mejor oferta se
concentra sobre la avenida Ezequiel Bustillo – que bordea los márgenes del
Nahuel Huapi- así como también sobre la Avenida de Los Pioneros, paralela a la anterior.
Además de los atractivos naturales y comerciales, la ciudad
cuenta con una oferta gastronómica elogiada por todos los visitantes. Para
quienes se preguntan donde y que comer
en Bariloche, es bueno tener en cuenta que la mayoría de los restaurantes más
reconocidos se ubican sobre las dos avenidas antes mencionadas.
Los platos que conforman la carta de cada restaurante es una
tentación inevitable para los amantes de la buena gastronomía. Uno de los
platos típicos imperdibles por ejemplo, es el curanto. Se trata de una
preparación a base de mariscos, pescado y vegetales cocinada sobre piedras
calientes que se colocan en la tierra. Cada uno de los ingredientes es separado
por capas de hojas de nalca o pangue dentro de una olla de barro.
Otro de los manjares de la cocina típica de la región es el
cordero patagónico, asado a la parrilla o en estacas. La carne que siempre es
por demás sabrosa y tierna se sirve con diferentes salsas, entre las que se
destaca el chimichurri, además de diferentes acompañamientos como pueden ser
puré, ensaladas frescas o verduras salteadas.
Los pescados regionales también se destacan dentro del menú
que ofrecen los restaurantes en Bariloche. La trucha es sin dudas el
predilecto, rellena y acompañada de diversos ingredientes como hongos, quesos,
almendras y vegetales como espinaca o cebolla.
A la hora de los postres, el listado de exquisiteces se
completa con una variedad de chocolates de elaboración artesanal que son el
elogio de los turistas, ya que se combinan con ingredientes como las almendras,
el dulce de leche y los frutos rojos. Los dulces caseros de la región también
merecen ser degustados, sobre todo los de frutos locales como sauco, grosella y
rosa mosqueta.
María Luz Sallietti